Mirar de frente al maltrato. Prevenirlo está en tus manos













Cuidar a un mayor puede ser una tarea dura y estresante, si no existe relevo en los cuidadores. En ocasiones, los cuidadores pueden llegar a sufrir tal desesperación que pueden producirse episodios de maltrato hacia el paciente. Prevenirlo está en nuestra mano.

Pilar, de 76 años, vivía sola, pero desde hace unos meses se encuentra desorientada, se ha perdido un par de veces en la calle, y hace unos días se olvidó un fuego encendido en la cocina. El geriatra ha informado a la familia que Pilar sufre deterioro cognitivo y posible enfermedad de Alzheimer, ahora no puede cuidarse sola y se ha trasladado a vivir con su hijo y su familia. Todos intentaban ayudar, pero Carmen, su nuera, era la que realizaba los cuidados con mayor frecuencia, a la vez que cuida de los niños y acude a trabajar por turnos en una gasolinera. Transcurridas unas semanas, Pilar esta más desorientada, hace dos noches estaba vistiéndose y repetía insistentemente que tenía que salir para ir a trabajar, su hijo le gritó y desde entonces lo ha repetido cada vez que insiste en razonar, su nuera ha espaciado los momentos de aseo diarios porque no siempre resulta fácil y necesita mucho tiempo. Pilar tiene episodios de ansiedad y lloros…

Problema universal

El maltrato de las personas mayores es un problema universal. Las investigaciones realizadas hasta ahora demuestran su prevalencia, tanto en el mundo desarrollado como en los países en desarrollo. En ambos, el causante suele ser conocido por la víctima, y es dentro del contexto familiar y/o en la unidad donde se proveen los cuidados, donde ocurren la mayoría de los casos de maltrato.

La exclusión y la discriminación por edad están presentes en la actualidad; aunque algo hemos avanzado, aún queda un largo camino para aunar voluntades, remover conciencias, elevar sus voces y sobre todo llevar a cabo acciones,

La discriminación por edad se tolera en todo el mundo, las personas mayores se enfrentan a abusos, violencia y negación de sus derechos, y permanecen invisibles en el actual sistema de protección de derechos humanos. Sin embargo, realizan contribuciones muy positivas a sus familias y a la sociedad. En la actualidad, los mecanismos de protección existentes son insuficientes.


Cuidar también puede ser gratificante

La sobrecarga es un síntoma que presentan muchas familias en el proceso de proveer cuidados, cuidar a una persona mayor puede ser aún más difícil cuando la persona tiene demencia, puede desesperante, irritante, en ocasiones el descanso no es posible, por la agitación, llamadas, deambulación. Si la dependencia es física, puede ser difícil de llevar a cabo, agotador, y a veces provocar lesiones.

En ningún modo la tarea de cuidar lleva implícito el abuso, la negligencia o el maltrato, la mayoría de las personas mayores disponen de los cuidados adecuados.

Cuidar también puede ser muy gratificante, siempre que tengamos tanto la motivación como las condiciones adecuadas, calibrando el esfuerzo, que pidamos ayuda, tanto a otros miembros familiares como a las instituciones de apoyo, que nos permitan tener momentos de respiro y que sea posible cuidar del cuidador.
¿Quién es víctima de maltrato?

La mayoría de las víctimas de maltrato son mujeres. Las personas mayores más vulnerables y con mayor probabilidad de ser víctimas de abuso son las que no tienen parientes o amigos cerca y aquellas que sufren de dependencia con discapacidades físicas o de problemas de memoria o deterioro cognitivo.

El maltrato le puede suceder a cualquier persona mayor, pero a menudo afecta a las personas de mayor edad que dependen de otras personas para que les ayuden con las actividades de la vida diaria, preparar y dar la comida, la medicación, bañarse, vestirse y tomar medicamentos.

Las personas con mayor fragilidad a menudo son maltratadas porque aparentan ser víctimas fáciles.
¿Cómo detectar si alguien está siendo maltratado?

  • Evidencia falta de higiene, ropa sucia, mal olor.
  • Sufre desnutrición.
  • Tiene accidentes repetidos.
  • Tiene dificultades para dormir.
  • Aparenta estar deprimido o confundido.
  • Pierde peso sin razón.
  • Muestra señales de trauma como mecer el cuerpo hacia adelante y hacia atrás.
  • Actúa de manera agitada o violenta.
  • Se vuelve retraído.
  • Deja de participar en actividades que disfrutaba antes.
  • Tiene lesiones, heridas, magulladuras simétricas, quemaduras o cicatrices en el cuerpo.
  • Presenta evidencias de abuso sexual.
  • Pierde dinero, realiza cambios de cuentas, de propiedades.
¿Qué hacer ante un caso de sospecha de maltrato?

El maltrato de personas mayores no dejará de ocurrir por sí solo, es necesario que alguien lo aborde y ofrezca ayuda a la víctima.

En muchas ocasiones las personas mayores se sienten avergonzadas y muy vulnerables, sin fuerza ni medios para denunciar el maltrato, tienen miedo que, la persona que las cuida se enterará y el maltrato empeorará.

Es fundamental hablar a solas con la persona y de forma inmediata con el maltratador.

Es necesario tener en cuenta:

  • No culpabilizar a la víctima.
  • Nunca quitarle importancia.
  • Pedir apoyo a profesionales de la salud y los servicios sociales.
  • Explorar e investigar lo sucedido, abordando los daños físicos y emocionales.
  • Si estamos en un medio institucional, seguir el protocolo de maltrato.
  • Si se confirman las hechos denunciar al Ministerio fiscal para que asistan y protejan al mayor.
  • Solicitar apoyo a los organismos de orientación y atención a los mayores víctimas de malos tratos.
¿Estás pensando en encargarte de cuidar a una persona mayor?

Reflexiona sobre esto…

  • ¿Dónde quiere estar la persona mayor?
  • ¿Me van a ayudar otros miembros de la familia?
  • ¿Estoy siendo presionado por miembros de la familia para que me haga cargo de esta tarea?
  • ¿Voy a tener tiempo para descansar y atender mis necesidades?
  • ¿Qué tipo de relación nos une?
  • Dada mi situación económica, ¿puedo permitirme cuidar a esta persona?
  • ¿Qué recursos sociales de ayuda puedo obtener?




    Autor:María del Puerto Gómez Martín (Trabajadora social)

El ingrediente fundamental para la receta de la felicidad: ¡dar las gracias!


No es siempre fácil vivir la felicidad como una forma de vida. Tendemos a verlo como algo que hay que alcanzar, un objetivo. La felicidad, en este contexto, es una de tantas metas a lograr para ser exitoso en la vida. Se convierte así en una exigencia que cada vez se hace más lejana. Buscar desde ahí la felicidad puede resultar agotador. Entendemos por felicidad, como el estado de satisfacción espiritual física.



¿Cómo convertimos la felicidad en un estado de ánimo en lugar de una meta?
La felicidad como estilo de vida se caracteriza por una actitud distinta ante la vida. Una forma concreta de percibir las cosas y de enfrentar los obstáculos. Esa amiga que irradia tanta alegría, probablemente tiene muchísimos obstáculos a pesar de lo que te trasmitan sus redes sociales, donde el césped del otro siempre luce mejor. Lo que cambia es su actitud.
Son infinitas las formas de lograr esa felicidad como estilo de vida. Todas tienen un ingrediente común: la gratitud. La gratitud es la actitud ante la vida que nos permite la satisfacción. Es la emoción que da lugar a la celebración, a la alegría.
Vivimos en un momento donde el estar agradecido parece que ha quedado reducido al ámbito de los modales, damos las gracias porque es lo que toca, esta es en muchas ocasiones toda relación que tenemos con la gratitud. Pero hoy hablamos del sentido completo de la palabra, la gratitud como emoción, como actitud.
La gratitud nos permite celebrar aquello que tenemos, aquello que nos rodea, celebrar lo que somos. Está estrechamente ligada a la aceptación. Acepto mi circunstancia, acepto quién soy. Soy suficiente y valioso.
Al estar agradecidos de quienes somos nos relacionamos con los demás de una forma distinta. En lugar de interactuar con el mundo desde la carencia para obtener aquello que me falta, miro al mundo con algo que entregar, ofrezco aquello que soy.
“Todo nuestro descontento por aquello que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos”. Daniel Defoe.
Cuando damos las gracias estamos celebrando. Al ser orgulloso en ser agradecido estás limitando la celebración. “No tengo que dar las gracias de nada, todo lo he conseguido solito”, ¿Dónde te lleva esta actitud? ¿Te permite celebrar?

No siempre esta en nuestras manos cambiar las circunstancias, pero tenemos el poder de elegir como enfrentarlas. Aceptar la situación, centrarnos en aquello que sí tenemos y celebrarlo nos acercará a un estado de mayor alegría, paz y satisfacción.
Por: Lucía Mayor

5 alimentos que seguro te pondrán de malas

¿Sabías que lo que comes durante el día puede determinar tu estado de ánimo?
Hace unos años, la Universidad Estatal de Ohio ya había estudiado la influencia de la alimentación en el humor de las personas y descubrió que las parejas suelen discutir más cuando uno de ellos, o los dos, tienen hambre. Pero ¿también depende de la comida?

Café

¡Sí! Nuestra amada bebida matutina puede que sea la responsable de que estemos de malas en el metro, en el trabajo e incluso con nuestros amigos.
De acuerdo con el portal ABC de España, el exceso de cafeína puede provocar ansiedad, nerviosismo y cambios de humor.

Jamón

Otra mala idea para empezar el día son los embutidos como el jamón y las salchichas, ya que según Today, las carnes procesadas tienen altos niveles de conservadores y sal que pueden provocar dolor de cabeza y cambios de humor.


Cacahuates

Pero no creas que los naturales que debes pelar, sino los que ya vienen empaquetados y salados.
Today señaló que estos productos además de tener mucho sodio, tienen aditivos que nos pueden poner de malas.

Pan

Si ya te dejamos sin ganas de tomar café, ahora tampoco querrás pan.
Estos alimentos saturados de mantequilla y azúcar refinada puede afectar el estado de ánimo.

Refresco

Esta bebida puede que no te arruine tanto el día, pero su alto contenido de azúcar y gas provoca alteraciones del estado de ánimo.
POR: Karina Avilés
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